Protestas en la Capital por recortes en Conicet y en asistencia social.

La paz tradicional del enero porteño parece rota irremediablemente a un mes de asunción del Presidente Javier Milei por el rechazo social y sindical a las medidas de ajuste atroz que comenzaron a ejecutarse impiadosas. En esta calurosa mañana de miércoles el Ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich dispuso operativos en la ciudad para controlar el cumplimiento del anunciado “protocolo antipiquetes” cada vez más desdibujado por las contradicciones entre las declaraciones sobre su alcance y las acciones en cada oportunidad.

La sede de la cartera de Ciencia y Tecnología, en el barrio porteño de Palermo, fue desbordada por una manifestación de científicos a horas de conocerse la suspensión de los concursos para becas de investigación. Durante dos décadas el programa de becas impulsó el desarrollo científico y revirtió la llamada “fuga de cerebros” resultante del ajuste neoliberal de la década del 90 y su continuidad en el gobierno liberal-progresista de Fernando De La Rua (hasta que estalló en 2001).

La decisión de Milei de comenzar su mandato con una prórroga del último presupuesto de Alberto y Cristina Fernández, pese a la escalada inflacionaria, dejó a la cartera científica en calidad de insolvencia para financiar los proyectos del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICT) que anualmente concursa. Sin actualización “empezarán a caducar los equipos costosos, y no se podrá pagar la luz, el gas, la limpieza ni la vigilancia”, advirtió el investigador Alberto Kornblihtt consultado por la cámara de diputados durante la discusión de la Ley ómnibus. “El desfinanciamiento del sistema de ciencia y técnica es equivalente a dejarlo morir”, sentenció.

Por otra parte, en cercanías de las terminales ferroviarias de Retiro, Once y Constitución, organizaciones sociales se manifestaron contra el ajuste que produjo un crecimiento drástico de las cifras de pobreza en el momento mismo de la devaluación dispuesta el 13 de diciembre que alcanzó los 120 puntos e impactó instantáneamente en los precios de los alimentos.

Con ollas populares, pero también exponiendo ollas vacías, adelantaron su participación en la jornada de paro y movilización del 24 de enero convocada por la CGT.

(AM)

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