AVANZARÁ LA VACUNACIÓN PARA MENORES DE 60 AÑOS CON PATOLOGÍAS PREVIAS

¿A QUIÉNES LE TOCARÁ Y QUIENES QUEDARÁN AFUERA?

Hoy el promedio de personas infectadas que se transforman en casos graves internados en UTI es de 53 años +/- 8 años y muchos de ellos no presentan ningún tipo de enfermedad previa.

La vacunación a pesar del retraso sigue avanzando sin haberse producido interrupciones.
Con los contingentes que llegaron en la última semana, sumado al vuelo de Aerolíneas Argentinas que está a punto de llegar con 500.000 dosis 1 de Sputnik V se estima que durante mayo el gobierno podrá concluir con la vacunación de los mayores de 60 años y comenzar a vacunar a las personas entre 50 y 59 años con comorbilidades.
Asimismo también hay una versión de que la empresa que encabeza Marcelo Figueiras podría terminar un millón de dosis 1 y un millón de dosis el 2 de junio. Y están avanzadas las negociaciones para producir en el país también la vacuna Sinopharm de origeb chino.
Específicamente en la ciudad de Buenos Aires restan al día de hoy vacunar aproximadamente 45.000 personas de entre 60 y 64 años y la cuota de las Sputnik que están viniendo servirían para cubrir a 35000 de ese universo.
El paso siguiente que se convocará a inscribirse son los individuos de entre 55 a 59 años con enfermedades previas (diabetes, algunos tipos de obesidad, cardiovasculares, renales, respiratorias). 
Para los grupos etarios menores de 60 años la vacunación se bifurcará y solo podrán aspirar a vacunarse aquellos que tengan patologías previas y grupos específicos sanos que se verán “bendecidos” con la vacunación, como es el caso de los 4500 camioneros que hacen trayectos internacionales. Por ese camino también van los docentes y pretenden ir los empleados judiciales y los choferes de colectivos, entre otros.
Así, quedarán abiertamente discriminados aquellos que no los ampare una enfermedad previa, una puja sectorial exitosa o no tengan recursos suficientes para hacer turismo vacunatorio a algún país central.
Sin desmedro que los grupos antes mencionados merecen y necesitan ser vacunados, la realidad en nuestro país es que hoy en día la franja etaria de 50 a 60 años son los más susceptibles de convertirse en cuadros graves de Covid-19 e inclusive morir, aún aquellos sin ninguna patología previa. 
 
Un reciente informe que el propio Ministerio de Salud de la Nación difundió el pasado 27 de abril de 2021  lo expresa claramente: “En lo que va de abril de 2021, el 56,3 por ciento de los internados en terapia intensiva en hospitales nacionales de Argentina son menores de 60 años, en línea con la tendencia que se viene registrando en otros países de la región durante 2021, tal como informó ayer la Organización Panamericana de la SALUD (OPS).
Es decir, del 100% de los internados en UTI, “el 43,8 % corresponde a mayores de 60 años, el 44,8 % al grupo de entre 40 a 60 y el 11,5 % al grupo entre 15 y 40 años. Además, en terapia intermedia la situación se repite con un 40 % de ocupación de mayores de 60; un 50,7% correspondiente al grupo etario de entre 40 y 60 y 9,3 % al grupo entre 15 y 40 años.”
Y sigue diciendo… “El patrón coincide con los resultados de un estudio de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) que arrojó “una alta ocupación de camas a predominio de pacientes jóvenes graves portadores de la COVID-19, con un alto requerimiento de asistencia respiratoria mecánica y de posición prono” (boca abajo).
El estudio se basa en una encuesta a nivel nacional del 16 de abril en la que participaron 163 unidades de terapia intensiva (52% públicas y 48% privadas), y que representan 3.332 camas a nivel país. El promedio de edad de los pacientes internados el día del estudio fue de 53 ± 8 años, indicó la SATI.”   Además en este grupo, el 11% de los infectados fallece.
A medida que avanza la vacunación e inmunización, los mayores de 60 años comienzan a correr un riesgo sustantivamente menor, y pasan a la primera línea de riesgo de convertirse en casos de mayor gravedad/morir las poblaciones de 40 a 60 años.”
Por otro lado, con circulación comunitaia de variantes como la de Manaos, se está comprobando que ataca y genera cuadros graves en individuos más jóvenes con y sin comorbilidades.
 
Hay que remarcar que los individuos de estas edades rara vez están jubilados, por el contrario suelen ser cabeza y sustento de sus familias, es decir, la gran mayoría no tienen opción de quedarse en la casa para no contraer la enfermedad.
Un triste ejemplo, ocurrió la semana pasada con el fallecimiento de un hombre de casi 60 años, que esperó en un hospital de la ciudad de Buenos Aires tres días por una cama de terapia intensiva. El hombre vendía churros para sostener a su familia.
En similar situación a la de este hombre están miles y miles de monotributistas, autónomos, profesionales, pequeños empresarios, gran parte de sus empleados, personas que trabajan en casas de familia, etc.
Por todo lo dicho, la decisión del Ministerio de Salud de la Nación parece ser ampliamente discriminatoria e injusta. En virtud de la dinámica que adquirió esta pandemia, de las mutaciones que fue teniendo el virus y la aparición de nuevas variantes, sería oportuno que las autoridades revean las medidas y comiencen a vacunar a todo el universo de personas que tienen entre 40 y 60 años.

¿Quiénes son las personas entre 18 y 59 años con comorbilidadades pasibles de ser vacunadas?

El Ministerio de Salud de la Nación decidió que la población objetivo a vacunar COVID-19 son aquellos que padezcan:
• Diabetes tipo 1 o 2 (insulinodependiente y no insulinodependiente).
• Obesidad grado 2 (índice de masa corporal -IMC- mayor a 35) y grado 3 (IMC mayor a 40).
• Enfermedad cardiovascular: insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, valvulopatías, miocardiopatías, hipertensión pulmonar.
• Enfermedad renal crónica (incluidos pacientes en diálisis crónica)
• Enfermedad respiratoria crónica: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), fibrosis quística, enfermedad intersticial pulmonar, asma grave.
• Cirrosis
• Personas que viven con VIH independientemente del recuento de CD4 y niveles de carga viral.
• Pacientes en lista de espera para trasplante de órganos sólidos y trasplantados de órganos sólidos.

• Personas con discapacidad que residan en hogares, residencias y pequeños hogares
• Pacientes oncológicos y oncohematológicos con diagnóstico reciente o enfermedad “ACTIVA” (menos de 1 año desde el diagnóstico; en tratamiento actual o haber recibido tratamiento inmunosupresor en los últimos 12 meses; y enfermedad en recaída o no controlada).
• A los pacientes que requieran o realicen tratamiento quimioterápico se recomienda recibir el esquema completo de vacunación (2 dosis) al menos 14 días previos al inicio del tratamiento. De no ser posible, se sugiere demorar la vacunación hasta el momento en el cual exista una recuperación medular estable o se encuentren en fase de consolidación (según corresponda).
• Personas cursando tuberculosis activa (caso nuevo o recaída, diagnosticados en los últimos 12 meses)
• Personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que inhabilite las capacidades individuales de ejecutar, comprender o sostener en el tiempo las medidas de cuidado personal para evitar el contagio o transmisión de la COVID-19; y/o se encuentren institucionalizados, en hogares o residencias de larga permanencia; y/o requieran asistencia profesional domiciliaria o internación domiciliaria.
• Personas con Síndrome de Down, priorizando inicialmente a aquellos mayores de 40 años, en quienes se ha evidenciado un aumento sustancial de la mortalidad por COVID-19 respecto de otros grupos etarios.

Leave a Reply